INDICE GENERAL DE LA OBRA

miércoles, 12 de noviembre de 2008

35. Historia de un Pobre Capellán


La última noticia documentada sobre Chircales la encontramos en un pleito que Antonio Gil, vecino de Campotejar, presenta el 20 de junio de 1799 en Jaén contra el Presbítero Joseph Melero, teniente Cura que fue de Campotejar (Granada). Éste, durante su estancia en Campotejar, le pidió en calidad de préstamo la cantidad de 1.800 reales según constaba en una obligación firmada de su puño y letra.

El interesado, en declaración hecha ante el Párroco de Valdepeñas D. Tomás de Porcuna, reconoce que la cédula está firmada por él, pero que se la pagó a su debido tiempo al prestamista.

El Provisor, Don Francisco Castanedo, previos varios trámites, le condena a pagar la deuda y manda que le embarguen sus bienes.


En declaración ante el Prior, Melero afirma que no tiene más bienes raíces ni muebles que la precisa ropa que de ordinario le sirve, la cual le ha costeado su nominado padre.

A continuación dice que es capellán del Santuario de Chircales, más la capellanía que posee es muy corta, la tiene cita y fundada en la villa de Marlos, partido de Calatrava.

La capellanía se refiere a unos bienes dejados con unos fines, en este caso para el culto al Cristo de Chircales, cuya administración corresponde al capellán. He estado rastreando en los archivos con el fin de buscar esta capellanía, pero no he podido encontrarla. Sólo quiero hacer constar que es curioso que la memoria a que hicimos referencia anteriormente esté hecha por un vecino de Martos y esta capellanía se funde en Martos, aunque no sabemos si los bienes se encontraban también en esta ciudad.

Posteriormente encontré algo referido a este pobre y humilde cura, que sólo tenía la ropa que le dio su padre. Estuvo muy enfermo, se quedó casi ciego y pidió al entonces Obispo que le permitiera decir en casa una de las misas votivas.

Con este fin envió una certificación expedida por el médico de Valdepeñas, el Bachiller D. Juan de Arizas. El documento por su interés lo transcribo: Como médico titular de esta villa de Valdepeñas certifico que estoi asistiendo dos años ha a D. Juan Josef Melero, presbítero de esta iglesia, el que en principio padeció una calentura exantemática, la qual terminó en una amacexosis (¿) falsa, la que a beneficio de un método curativo propio a tal enfermedad y causas productivas y sostenido por todo este tiempo, ha ido corrigiéndose de modo que algo confusa y vacilante y es de esperar que se perfeccione y se gradúe en lo sucesivo hasta el estado completo que gozaba en su mejor salud y para que conste donde convenga, doi a su solicitud del dicho D. Juan Melero, y la firmé en esta villa en ocho días de diciembre de este año de mil ochocientos tres.

No sabemos, si el pobre y humilde D. José se recuperó totalmente de la vista, ni si le concedieron el permiso pedido.

Sabemos que acompañó a su anciano padre al campo y le ayudaba a labrar el trigo y la cebada que éste sembraba en terrenos que otros vecinos del pueblo le cedían a medias, ya que su padre no tenía bienes y ambos eran muy pobres.